Locura incansable cuando recién nos montamos al carrusel de la vida, primeros años donde la doctrina adormece los sentidos, nos amoldan a lo que ante la sociedad deberíamos ser. Es como si fuéramos un árbol de manzana el cual los primeros años nos cuidan y nos alimentan para cuando estamos lo suficientemente fuertes para producir nos colocan en su finca y vivimos solamente para darles frutos abundantemente y el mejor árbol es el que más cuidan, hasta que ya no das tanto fruto y lo mejor es podarte para ser reemplazado.
El sistema educacional es muy similar , las grandes corporaciones son la finca que patrocina tu crecimiento y ellos eligen la manera que deben ser alimentados nuestros niños y la manera que deben ser educados .
Pasamos por varios filtros llamados escuela , colegio y universidad. Donde solo el árbol más fuerte o afortunado logre tener los frutos más grandes y abundantes aunque todo sea para enrriquecer al dueño de la finca y la alucinación de vivir en bienestar y prosperidad sea solo eso. Una absurda mentira.
Algunos pocos tienen agallas para crecer fuera de la finca sabiendo que se debe soportar plagas, terrenos empinados y muchas veces soledad. Sin embargo se llega a aprovechar tu propio fruto.
De vuelta al carrusel emocional donde se logra sobrepasar las cuestas arriba y el bajonazo a toda velocidad sin llevar cinturón de seguridad. Y solo esperamos llegar de nuevo al ciclo de calma dónde logremos estabilidad. Equilibrio es la clave , lograr un balance entre el ir cuesta arriba y cuando bajamos de golpe. Aprender a conocernos a nosotros mismos para dominar nuestros pensamientos que muchas veces son nuestro peor enemigo.
Que es lo que buscamos?
Que es lo que tanto anhelamos?
Será acaso el mayor problema estar viendo desde la colina empinada hacia la finca donde los otros árboles son más robustos y cuidados. Sin embargo algo no cuadra porque por las noches se escuchan los lamentos de su esclavitud y mientras uno aprecia la noche , el viento, la lluvia , la sequía , las plagas , el terreno empinado , y todo porque así fuimos afortunados de crecer y más fuertes por la aferracion a todo lo bueno y lo malo que nos rodea.
Entre menos voltiemos a ver hacia los que conforman esa finca de alucinaciones, más lograremos apreciar lo que realmente importa.
Nuestra estabilidad emocional
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