El viaje épico de la vida, desde el amanecer de nuestra existencia ,cuando damos los primeros pasos y no pensamos en nada más que descubrir un mundo de fantasía, colores e historias de un futuro hermoso. Hasta que la adolescencia nos golpea con un toque de realidad y empezamos a cuestionar absolutamente todo, la inocencia queda atrás y comenzamos a entender y a culpar a los demás por esa realidad.
Sin embargo nos a hecho más Fuertes, sin pensarlo o notarlo nos a formado como una roca en el río que al pasar de los años tanto cuando el agua está calma hasta las tormentas e inundaciones nos va dando forma hasta que somos lo suficientemente moldeadas para seguir el camino río abajo.
Nacemos solos y morimos solos, sin embargo en el medio llega la compañía, los amigos que al inicio damos todo por ellos pero la vida misma se encarga de alejar , la familia que se suele decir que no escojemos pero en ocasiones toca elegir alejarnos. Y aún así seguimos río abajo y nada nos puede detener. Aunque llega un momento donde nos partimos en pedazos al chocar contra otra roca y nos quedamos quietos en una zona de confort donde el agua fluye con calma y las partículas de vida crecen alrededor nuestro y comenzamos a ser uno solo con el ambiente que nos rodea para luego hacernos casi imposible seguir el camino río abajo , hasta que llega el tiempo, el más sabio de todos los sabios. El tiempo, el tiempo que no lo vemos , ni lo escuchamos pero sabemos que existe. Y cuando aceptamos que es el tiempo de seguir , nos rodea la paz pero a la vez un poco de temor por que ya perdimos la costumbre de ir río abajo. Solo que esta vez si tenemos un poco de suerte ya no iremos solos y entre esas partículas y la roca que contra chocamos nos acompaña por un periodo , protegiéndonos unos a otros hasta que llegue el momento de llegar al final del río y ser abrazados por el inmenso mar.
